Embarazo ectópico: Testimonio de Anita
La historia que leerán a continuación me hizo volver casi 3 años atrás con mi propia experiencia de duelo gestacional y me recalca que la presencia de nuestros seres de luz, aunque hayan sido fugaces por nuestra vida, nos marcan de una forma inimaginable.
Todo comienza con un cuadro de Colón irritable agudo, producto de lo que hasta ese entonces se creía era el resultado de “estrés”.
Siempre pensé que no era el estrés más fuerte que había vivido, pero bueno aquí estamos, con una visita de urgencia y 3 tele consultas. Dándome remedios para el Colón que nada aliviaba el fuertísimo dolor en mi costado izquierdo de mi bajo vientre. Pensé que con todo ese dolor y “estrés” que estaba atravesando era normal tener unos días de atraso, no le di importancia.
Me reconocí irritable, muy sensible, sensorialmente sensible, profundamente empática (principalmente animales y seres sutiles). Me vi fuera de control, no me reconocí, uno por lo fuerte de la conexión y otra por lo fuerte que podía ser incluso literalmente casi muriendo del dolor.
Todo era más intenso, los olores, los sabores, las texturas, el frío/calor.. me reconocí distinta.
Con los días y luego de 2 sesiones de biomagnetismo comencé a sentirme mejor, mi tránsito había mejorado, ya podía caminar (más erguida), no sentía tanto dolor y la verdad quería irme a casa. Luego de una licencia médica de 5 días, todo parecía que retomaba a la normalidad.
Mi amiga Are por esas cosas de la vida me dice amiga hazte un test de embarazo y yo con 5 días de retraso insistía que podía ser normal por el estrés y dolor del cuadro que pasé.
Además, la semana anterior a mi colapso, mi perrita Kitty también estuvo grave, incluso internada 3 días en veterinario por un cuadro intestinal sin causa aparente.
Para los que me conocen saben que Kitty y yo somos muy apegadas, mi compañera de vida; y antes de eso estuve con todo el estrés de arreglos del departamento para arrendarlo y sumado a la pega, demasiado estrés la verdad, pero insisto, no es lo más estresante que he vivido en la vida.
Volviendo al test, pensé bueno no pierdo nada. Tenía un test guardado, me fijé en la fecha, vencía en octubre 21 y era julio 21 así que estaba vigente. Me lo hice y paff positivo. Incrédula pensé “está malo, esta vencido o algo”. Partí a comprar más test, resultado 4 test positivos y uno de ellos era un Clearblue.
[Lunes] En shock le conté a mi amiga Are, quien estaba feliz con la idea, yo lloraba. No sabía qué hacer, no estaba en mis planes, nunca fui muy maternal la verdad, con mi pareja no habíamos hablado de hijos ni nada y comenzaron a surgir muchos miedos y traumas pasados.
Me sostuve y calmé. Entendí que esos miedos no eran reales, que en mi presente era adulta, responsable, suficiente y valiente y que me la podía con lo que viniera, si era mi hije lo amaría infinitamente.
Me armé de valor y le conté a su padre. La recepción fue mega amorosa, estaba feliz, realmente feliz, me sorprendí tanto, jamás se me pasó este escenario por la cabeza y pensé: “segundo velo caído”.
Conversando en la felicidad absoluta de que estábamos embarazados.
Planeamos la vida, que nos iríamos a vivir juntos, que si no resultaba intentaríamos después, que ambas familias lo amarían eternamente, etc, lo importante es que estábamos juntos. Para mi hasta aquí fue un tremendo rompe miedos/creencias.
Se activó en mi un profundo sentir sin miedos, sin velos, mi alma sintiendo pura y en conexión con mi instinto e intuición.. lo sentí! Esa fuerza inmedible, me sentí capaz de todo, abundante, fértil, infinita, profundamente amada y amando, en estado animal. Sin embargo, algo también en mi (intuición), me decía que teníamos que ser cautelosos, que había que asegurase de que estaba todo bien; yo aún tenía dolores pero eran mucho más leves que la semana anterior, incluso andaba más fogosa ardiente que nunca.
[Miércoles] Agendé una hora al doc para que me confirmara embarazo. El doc me revisó y dijo que teníamos que hacer una eco para asegurar que estuviera todo bien en su lugar y creciendo. Me explicó el tema de que si no había latido aún tenía que rehacer la eco, como aprox tenía 3-4 semanas, me recomendó esperar hasta la semana siguiente. Yo ansiosa impaciente pedí hora para el día siguiente, jueves 21 de julio.
[Jueves] Al entrar a la sala de eco ginecológica me preguntan “¿a qué tipo de exploración viene?” Y yo muy feliz digo “exploración de embarazo”. Me senté en la camilla abrí mis piernas, el doctor muy cuidadoso fue viendo. La imagen se veía extraña, muy difusa, yo buscaba el saco en mi útero, buscaba el “porotito” ese puntito que crecería hasta nacer como nuestro hijo, ese hijo que si bien no fue programado iba a ser profundamente amado por todos, al que íbamos a ver desarrollar juntos en pareja, al que sólo quería ver crecer.
Algo no andaba bien, lo vi, lo sentí.
El doctor le dice a la asistente “vamos a hacer una exploración ginecológica normal” y a mí se me cayó el mundo. Sin entender, le pregunto ¿Está todo bien? ¿Hay embarazo? Y me dice “quédate tranquila, pero no hay nada en el saco” y yo le dije “pero Sí hay embarazo tengo 4 test positivos y 1 es un Clearblu”.
Desde ese momento no entendí nada de lo que decía, yo solo lloraba sin entender nada, no quería entender la verdad, no quería despertar en esa realidad. Resultado de la exploración: “embarazo ectópico tubario”, no entendía nada, me dice “tienes que ir a ver a tu doctor ahora mismo él te explicará lo que significa un embarazo ectópico”… yo sólo lloraba entendiendo que no era un embarazo viable.
Mi corazón se detuvo, entre en un shock que de verdad no recuerdo nada sólo la pena y la disociación de mi cuerpo como viviéndolo como una espectadora de una horrible y triste película.
Mi doctor no estaba, ya no atendía ese día. Sin saber cómo, tomé la primera hora a la mañana siguiente.
Salí como pude del edificio y llamé a pareja, llorando en desesperación le dije que no había porotito, que era un embarazo ectópico y lo único que sabía de eso es que no era viable. Manejé como pude a mi casa y al llegar ya había llegado mi pareja, lloramos a nuestro hijo y nos sostuvimos juntos en ese momento, nos teníamos, ahora era lo único que me consolaba y calmaba el dolor.
Investigamos en internet que significaba embarazo ectópico, “embarazo no viable donde el óvulo se fecunda dentro de las trompas de Falopio, embarazo no viable.
Por X circunstancias no baja hasta el útero para su implantación y crecimiento”. Diagnóstico: urgencia por poner la vida de la madre en riesgo vital e inviabilidad gestacional. De la peor forma me enteré lo que significa tener un embarazo ectópico.
Con esto en mente ya sabía que iba a pasar, me iban a quitar a mi hijo, ¿no existirá la opción de sacarlo de la trompa e implantarlo en el útero? pensé ingenuamente, yo quería tenerlo, no quiero abortar pensé.. no quiero esto, me sentí culpable por muchas cosas, mis antiguas creencias, por mis miedos, por no sentir el pulso antes.
Sentí el dolor de querer amar algo y que te lo quiten, el duelo, la muerte, profundo amor y profundo dolor, en lo frágil de la vida, en el poder de la vida, la bendición de la vida.. ¡fui bendita!. Fue una noche de mucho llanto, de honrarlo, de agradecerle todo lo que develó en mí. No quería pensar en mañana, hoy aún lo tenía conmigo y lo sostendría hasta último momento.
[Viernes] El doctor fue claro “tienes que ir a urgencia ahora” yo más tranquila hice más preguntas acerca del embarazo ectópico y me comentó que estaba en riesgo mi vida. Hasta ese momento no había sido consciente de eso y relacionado los síntomas anteriores a todo esto todo comenzaba a cuadrar. Antes no había querido ir a urgencia por el tema pandémico, y bueno para allá tenía que ir. Me dio un par de nombres de doctores de la Indisa y partimos. En urgencia, sincrónicamente todo se dio para que me pudieran atender rápidamente. Me atendió la doctora Loreto, quien junto a su equipo fueron muy contenedoras, ¡les agradezco tanto! Su sororidad en un momento de tanta fragilizada fue vital para mí.
Me hicieron una nueva exploración ginecológica y confirmó embarazo ectópico tubario izquierdo complicado; si complicado porque si bien no tenía sangrado externo, estaba todo en el interior por eso estaba tan hinchada y con tanto dolor. Me dice “esto es de operar urgente”. Me consiguió a un experto en infertilidad El doctor Hugo Sovino, quien se hizo un tiempo y me operó a las 14 hrs todo muy rápido y cuidado.
Finalmente, junto a mi porotito también perdí mi trompa izquierda, a quien le agradezco infinitamente el sacrificio que sufrió por vivir la tremenda experiencia de amor que me dejo todo esto.
Un amor infinito que nunca creí experimentar alguna vez, esa certeza de Sí querer ser madre y saber que Sí puedo serlo que también fue otra caída de velo de los miedos y creencias anteriores. Que quería vivirlo en pareja, nunca más sola, en profundo amor recíproco y en contención.
[Sábado] Al día siguiente de mi operación fue muy cuático sentir cómo ese instinto-intuición animal ya no estaba, a pasar de darme cuenta que me encendieron un chip y ahora ya no estaba, fue muy fuerte, y además de ver las cicatrices que tendré toda la vida y saber que sin una trompa, es demasiado fuerte.
Se abrieron los miedos a la infertilidad, a que post embarazo ectópico aumenta la probabilidad de que te pase de nuevo y uuff… me dejé morir, me permití/permito sentir el profundo dolor que todo esto me genera, no hay consuelo posible, sólo permitiendo que tome su curso, permitiéndome ser, respetando mis tiempos, mis sabores, sensaciones. Todos fueron muy comprensivos.
Mi pareja estuvo conmigo varios días y luego ya retomó su ritmo. Si bien al principio vivimos el duelo juntos, con el tiempo él fue abordado por su vida normal. Claro que sentí ese momento muy doloroso.. darme cuenta de que no lo tenía ni a él.. que había perdido todo.. pero en ese momento era producto de los miedos del apego en un momento muy vulnerable de mi vida.. claro que lo necesitaba.
Con los días fue bajando la intensidad, al mes ya me sentía algo mejor, la pena de siempre, pero comenzaba a sentir un pulso de vida. Sentí que ya era hora de salir del capullo. En este sentir puro, más liviano y auténtico de mi ser compartí con mi pareja mi sentir, le pregunté si quería caminar conmigo, si lo intentábamos (más adelante) otra vez, si quería reestructurar lo que con dolor nos fue arrebatado. La verdad confiaba en que me iba a responder que sí, que obvio que sí iba a estar, pero no, su respuesta fue tremenda sorpresa y cuchillo frío para mi corazón que ya estaba destruido.
Se había dado cuenta que no quería hijos por ahora, que no sabía que responderme, que había sufrido mucho y no sabía cómo llevarlo y yo quede plop.. la verdad me sentí como en la eco otra vez.. ese estado de shock, sólo lloré, lloré profundamente por sentirme absolutamente traicionada por mis ilusiones, mis instintos, por él, los sueños, lo poco amigo, lo poco apañador, coartándome la posibilidad de ser madre, etc etc.
En ese momento no entendí que él también estaba sufriendo, que él cómo padre también había perdido a un hijo. No supimos llevarlo juntos. Hoy ya a 4 meses de todo lo abrazo y comprendo.
*Tuve que perderme para encontrarme, ese pulso que sentí que debía dar un giro en mi vida me llevó a la pureza de mi alma, a observarme, destruirme, reconstruirme, sostenerme, respetarme, amarme. En este camino fui de a poco despertando recursos, pero la más importante fue conectar con mi propia intuición, mi instinto. Esa conexión exquisitamente sensible de certeza.
Comparto esto con ustedes porque para mí fue profundamente sanador, luego de permitirme habitar el dolor, leer como otras mujeres igual de valiente salen adelante con su dolor acuesta y no se quedan sólo ahí si no que siguen intentando, que el anhelo de ser madre sigue pulsando, que la vida le gana a la muerte, que pese al dolor más grande y profundo siempre hay amor, que el amor vence los miedos y siempre encuentra su cauce y camino; y hoy quiero compartir mi experiencia transformadora, de agradecer esta experiencia y a todos los maestros que fueron parte. Estoy viva, estoy bien y no sé qué depara el mañana, pero hoy pulso vida.
Me permito sentir y compartir esta experiencia transformadora, y agradezco cada vivencia por el condimento que aportó.
Hoy me siento pulsando desde una Ana más honesta y sincera con ella misma, que sabe lo que quiere, que se sabe Maga creadora, sanadora, que se abre a vivir la aventura confiando en el sí de vida del gran misterio, amando infinito y compartiendo su sentir en misma coherencia.
Honro a porotito, mi hijo de luz a quien voy a amar infinitamente todos los días de mi vida.
Honro a su padre que fue el maestro que me permitió sentir este profundo amor, junto con la caída de tremendos velos. Todo el amor del mundo para ti.
Gracias Cami por el espacio y a todas por leerme con su corazón abierto. Las abrazo.
Con amor,
Anita
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Para saber más acerca de un emabrazo ectópico